viernes, 31 de julio de 2009

Si me dejas

Con la boca seca, entreabría los ojos para ver con dificultad; caminaba de un cuarto a otro, sin sentido, sin tiempo, cansado, agobiado, harto.

Poca luz… una mañana sin dios, sin pecado, sin muerte, sin olores, ni colores; sólo el sabor a desdicha y desamor.

Las calles corrían por sus pies y las telas de su ropa le rozaban la piel. Los ruidos, la gente, las voces; todo en avalancha arrollando los temporales. Las campanas, las campanas, las malditas campanas en su mente; el eco de sus palabras.

- Si me dejas, me muero.
- Si te dejo, por fin aprenderás a vivir.