martes, 8 de diciembre de 2009

Recuerdos

Entre fantasmas de humo de cigarrillo y un húmedo ambiente de oscuridad se encuentra Samanta, encerrada en su cuarto y mas bien en su mundo, una pequeña falda jean, licra pescador por debajo, un guante tipo Michael Jackson, pelo corto entre negro y rojo, uñas color rojo focote, piercings en la oreja, nariz, labio, lengua y ceja, una blusa de tiras blanca y franjas anchas moradas, converses por supuesto, turquesa. Mucho delineador y sombra sobre los ojos.

Con una irreversible pena que la consume, expulsando una personalidad violenta en inconforme, llorando de vez en cuando, siempre la mano frente a la cara sosteniendo el cigarro, con Mirada perdida, piensa en como y por que? Piensa más hasta cuando?

Camina de lado a lado, su espacio parece reducirse cada vez mas..

Le vienen como golpes recuerdos que no sabe si disfrutar o sufrir

una lagrima rueda su mejilla cuando recuerda, sus manos agarrándole el cabello mientras lo devora en un beso, tomándola él por la cintura apretándola a su cuerpo, solo escuchando el rechinar de las ropas, el roce y la saliva entre beso y beso.

El ansia por saber que pasó, la perturba tanto como su ausencia.

Sin soltar la angustia se sumerge en mas memorias y se ve con él sobre ese sofá,
Casi arrancándose los labios, el calor abrazándolos, la ropa lentamente cayendo, la humedad, las venas, todo en descontrol.

Todo esto pasando por su cabeza mientras el cigarrillo agoniza sin esperanza, mirando un viejo cuadro pop en su habitación se pregunta como pudo pasar.

La carne le tiembla recordando cuando él la miraba sudando sobre ella y vienen mares a sus ojos cuando llega a es parte que no quiere recordar.

Él vistiéndose apresurado sin palabras, tomando sus cosas y guardándolas en el bolsillo, los zapatos sin atar y solo las llaves en la mano, diciendo adiós con un beso en la mejilla, mejilla con olor a saliva, como huellas de pasión que ahora solo son una despedida, un adiós frío y un caminar presuroso se llevan al amante y ella se queda en el sofá dueña de la pena, sin calor sin compañía con humedad y sin sabor.

lunes, 26 de octubre de 2009

La de los Ingleses

Le pregunté “all you need is love?” y dijo si.



EL amor la encontró varias veces, ninguna vez muy importante, tal vez la última, el pasado no le sabe muy bien, el presente a veces la desconcierta y el futuro le es apetecible, sobretodo pensando en él.

Yo creo que es una mujer muy fuerte aun cuando a veces parece frágil, su ferviente admiración a su padre creo que le ha dado muchas luces en la vida, carácter y templanza. Por otro lado aun cuando de su madre no dice mucho se que de ella lleva una gran enseñaza, en esos pequeños detalles de ser mujer que obviamente no se decir por ser hombre.

Lleva un brillo en los ojos que no se ha ido desde el día en que la conocí, es un decir común esto del brillo pero ella en serio lo tiene.
Es admirable la forma en que se a construido a si misma, con los matices de todo lo que la rodea se ha hecho grande.

Cuando escucho a los ingleses, me acuerdo de ella, ellos siempre la traen de vuelta,
los de ayer y los de hoy.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Porque te vas

Corren todos corren, yo me quedo, siempre me quedo, no sé a donde van ni donde estoy yo, todos sin reparo escapan cual demonio.

Arrepentido de haberte conocido y haberte amado y tan complacido de, aún muriendo, la sed de los labios haberte robado.

 Con el final de los soles que reflejan su color en los cristales, su calor en los tejados, derritiendo los corazones, te marchas con la misma frialdad con la que llegas, te vas a pesar de lo vivido y peor aún sin lo vivido.

 Poco importa que de la embarcación te vayas, la amargura la trae el parto de soledades que a mi alma le espera tu abandono, con blanco cielo que te envuelve dejando ver las manchas, las estrellas.

 No hay profecía aquí, es sólo que hoy estabas y mañana no estarás.

viernes, 21 de agosto de 2009

Silvio

La poesía se hace fría y torpe para describir la hoguera generada por el jubilo y el gozo de escuchar y ver al maestro.
Sin pose ni modo ni tontería inventada, con la campante naturalidad de su vivir, caminó un pequeño hombre, cansado pero firme, con un baúl de letras y sonidos que despidió entre cuerdas y tendones, esperando nada a cambio, nos dio todo a su modo libre, cual solamente puede ser libre, lecciones de vida de tristezas y humanidad, tocando los tímpanos de todos, cada palabra desatando un temporal y tocando las fibras del corazón. Porque su amor no es de uno sólo, sino alma de todos.

jueves, 13 de agosto de 2009

Cata

Hace algún tiempo ya que María José se ha vuelto mi amiga, es súper raro porque ella pertenece a las tropas en las que serví hace algunos años. Siempre está recordándome los criterios fundamentales del cristianismo y lo equivocado que vivo.
En un instante de este tiempo ella me acercó a Cata, una persona que conocí en este mismo espacio de lucha y aunque nunca fuimos muy amigos sabíamos que existíamos.
Cata enfermó de cáncer, no sé hace cuanto y tampoco a que específicamente, sólo sé que dentro de todo lo negativo que esto es, ella me inspiro a salir un poco de mi egoísta vida, así que decidí dedicarle un poco de mi esfuerzo.
Le dije unas cuantas cosas y al fin pude visitarla el lunes, no la veía hace mucho tiempo y no sabía con que me iba a encontrar, sin embargo ella bajó y abrió la puerta de lo más sonriente y me saludó, me invitó a pasar. Estaba bien y eso me alegró, luego pasamos un tiempo conversando con ella y unas amigas que estaban ahí, nos reímos un poco, no recuerdo mucho los temas pero al final cuando ya me iba me dijo:

- Willy, ahora a rezar de rodillas por mí.

La verdad me gustó que lo pidiera y le dije que obvio que sí.
El martes reanudé mis clases de Kendo y al empezar el entrenamiento, en el momento en el que estamos de rodillas decidí ofrecer, entre otros, ese esfuerzo a la salud de Cata. La primera clase después de mucho tiempo de no entrenar es muy sacrificada, sobretodo para un flojo como yo, pero estuve feliz de haber podido donar algo de cierta forma.
El miércoles María José se encargó que Cata supiera lo que empezaba a hacer por ella y estuvo muy agradecida.
Hoy jueves murió Cata.

“Al final de este viaje en la vida quedará
nuestro rastro invitando a vivir”. Silvio R.

lunes, 3 de agosto de 2009

Última encomienda

El rey, cansado de la sangre y la conquista, viejo de la piel pero más lucido que en la juventud, piensa deshacer la malicia de la que se ha rodeado, de la corrupción, de la desigualdad, de la peste que corre por las venas de su reinado. Se sienta y piensa en quién depositar el poder que de Dios le ha dado para regir, piensa en un corazón noble y humilde.

Llora pensando en lo incompetente que es su linaje en asuntos de la sensatez. En realidad siempre supo en quien confiar, pero jamás se sintió tan necesitado de aceptar esa realidad como ahora que la muerte ya se había vuelto su hermana.

Mandó llamar a su capitán, un hombre que sólo anhelaba dos cosas: luchar hasta morir en la batalla y volver con su familia, en esta vida o la otra.

El rey le explicó sus planes, su última encomienda, su intento de borrar los años de sangre y conquista, sus ganas de que el mundo lo perdone y de que su reinado deje de ser una cueva de serpientes. Le ofreció todo el poder del mundo, le ofreció ser el hombre más poderoso de todos los reinos; pero el capitán dijo – de todo corazón, no-

El rey lo tomó de los hombros con paternal mirada, enjugando sus ojos con lágrimas, con brillo de orgullo y angustia de frustración, y dijo –justamente por eso es que debes ser tú-

viernes, 31 de julio de 2009

Si me dejas

Con la boca seca, entreabría los ojos para ver con dificultad; caminaba de un cuarto a otro, sin sentido, sin tiempo, cansado, agobiado, harto.

Poca luz… una mañana sin dios, sin pecado, sin muerte, sin olores, ni colores; sólo el sabor a desdicha y desamor.

Las calles corrían por sus pies y las telas de su ropa le rozaban la piel. Los ruidos, la gente, las voces; todo en avalancha arrollando los temporales. Las campanas, las campanas, las malditas campanas en su mente; el eco de sus palabras.

- Si me dejas, me muero.
- Si te dejo, por fin aprenderás a vivir.

viernes, 15 de mayo de 2009

Devuelveme la vida

Pido perdón, por no haber escuchado tus ruegos
pido perdón, por las lágrimas que hablan de mí,

pido perdón, por tus noches a solas pido perdón,
por sufrir en silencio por ti.
Te pido perdón, a sabiendas que no los concedas
Te pido perdón, de la única forma que sé.

Devuélveme la vida devuélveme la vida,

recoge la ilusión que un día me arrancó tu corazón,

y ahora...devuélveme la vida.

Yo no volveré, a quererte de nuevo a escondidas
no intentaré, convertir mi futuro en tu hiel
no viviré entre tantas mentiras.

intentaré convencerte que siempre te amé...y yo
Te pido perdón, aún sabiendo que no los concedas
Te pido perdón, de la única forma que sé.

Antonio Orozco

viernes, 8 de mayo de 2009

El Niño

Juan miraba el espejo con cierta ansiedad, se preguntaba si ella lo vería como un hombre o como un niño.

Vanesa entró a la fiesta vestida de negro. El ruido ensordecía, la gente y la elegancia empalagaban las pupilas. Ella bailaba y sonreía. Juan miraba de lejos, a veces se acercaba y los dos sonreían. Él hacía algún chiste y ella reía más, eran ellos, como siempre.

Meses antes Juan había conocido a Vanesa y, lastimosamente para él, se enamoró de ella cuando la vio. Ella era un poco mayor pero eso no era un problema, el problema es que él era un niño. Con su personalidad alegre y extrovertida había logrado conseguir la amistad de todos, pero sobretodo la de Vanesa, quien se parecía mucho a él. Entre ellos de vez en cuando destellaban miradas. Él pensaba que era su idea, ella no podría fijarse en él, pero cada abrazo, cada beso pausado y húmedo en la desnuda piel de la mejilla, lo hacían soñar con que tal vez ella.. pero no.

Entre tono y ritmo, Juan veía danzar su cabello y se enamoraba más. Ahogado en el verde de sus ojos, soñando con lo suave de su piel, soñando reposar los labios en esos labios que muchas veces devoraban su cara y respirar el aliento de su boca. Era imposible, era un sueño.

De pronto, la música se hizo sorda para Juan y el deseo fue más grande que la razón, tomó a Vanesa del brazo con un gesto de invitación, como si fuesen a bailar, ella accedió sin demora, luego bajaron hacia la acera a una pequeña grada oscura y silenciosa. Rieron como siempre pero esta vez era diferente, era como haber vencido un obstáculo, él estaba convencido de que tenía que beber de su sabia y sin preguntar acercó la boca hacia su mejilla y la besó, luego la piel y la boca se apretaron más, como jugando, mordiendo ligeramente. Ella respondió de la misma manera, ya no había diálogo, no de palabras, sino de piel, se oían las respiraciones y los latidos, la sangre viajaba velozmente por sus cuerpos dándole calor a la escena, ella cerró los ojos y el siguiente mordisco de Juan fueron los labios de Vanesa que esperaban tibios y húmedos para abrazar a los suyos y fundirse entre saliva y deseo.

martes, 28 de abril de 2009

El Rey

Nunca hablo mucho de él

Una vieja puerta que se aferraba al piso cuando se abría,
Mi toma en contra luz la silueta que menos veía llegaba.
con sus olores de garganta esforzada y cigarrillo, tal vez una menta, tal vez una cola. En su corcel blanco de alegorías ajenas, de pasados penosos.
Recuerdo el nudo en su garganta mas oscuro que el resto, la armadura celeste o rosa, a veces amarilla.

Abría una sonrisa como nueva de emoción, mi emoción, la de verlo llegar.
El mas grande junto a mi viéndolo llegar también, nos repartíamos el nudo de su garganta para hacer mas elegantes nuestras ropas.

La reina saludaba al final y ya se olían los condimentos y la olla
La mesa nos sostenía hasta que llegaban los sueños y los deberes, estos nos alejaban del rey.

Por la noche el rey se iba y nos quedábamos con la eternidad a la espera en compañía de historias de caballeros que nos arrullaban y de vez en cuando un ojo se abría buscando su llegada, alguna vez distinguí las luces entrando por mi ventana, los sonidos de su carroza y me dormía pensando en que el rey estaba a salvo en nuestro pequeño castillo.

lunes, 20 de abril de 2009

Madrugada

Silenciosamente entraron a la sala, con más miedo que ganas, se sentaron en el rechinante piso de madera y no hablaron, en realidad no había mucho por decir.
De repente estaban dentro de un delicado beso, sin explicación, sin razón, sin derecho, sin prisa y con calma. Como dueños del mundo, en el peor momento, en el lugar equivocado, con la persona incorrecta; pero disfrutando un ensayo de amor Eros, vencidos por el amor ágape.
Todo siguió como siempre; Sara con indiferencia ante el hecho, sin negar la delicia, y Mariana anhelando que fuese real.

lunes, 6 de abril de 2009

El mejor yo

Nunca escribo desde mi pero hoy si.

Después de caminar entre niños, adolescentes, jóvenes y demás me topé con los treinta. Cuando era niño me imaginaba a esta edad con un hogar muy parecido al mío, nunca me imaginé que lo más duro de madurar era la madurez. Estuve en algunos grupos sociales con reglas y parámetros, desde ser boy scout hasta aspirante a la vida consagrada, no hay mucha diferencia. Todos estos entes te imprimen en la cabeza cosas que deberían estar en el alma. Péinate, reza, da gracias, exígete, levántate, no te pongas mal, así debe ser, no seas feliz sin sufrir, el placer es egoísta, ponte la camisa por dentro. Extrañamente a esas edades me parecían lógicas estas sugerencias / normas.

En medio de estos momentos, visité hospitales, enfermos desahuciados, ancianos, escuelas, construí escuelas, prediqué, ayuné, renuncié, me esforcé.
Es innegable la cantidad de gracias y bendiciones que tal vez sin saber o merecer recibí, pero me perturbaba mucho no saber quién era yo, siempre estaba bajo un microscopio, me sentía mal por no ser todo lo que todos esperaban.

Llegó el gran día en que decidí ser quien me daba la gana de ser y hacer lo que me daba la gana, es un tanto mas difícil que la exigida vida consagrada, ya que ahora tu vida es tuya al fin.

Habiendo renunciado a esta no muy descansada vida me doy cuenta que no eran los grupos sociales, así es la vida, todos esperan algo más y “yo solo quiero decir, solo quiero cantar” (Silvio Rodríguez).

Ya no dejo el celular botado, no me quedo sin batería, me levanto a la segunda y no a la quinta llamada, dejo mi ropa en el tacho y no en el piso, me seco dentro de la ducha, llevo el plato al lavadero, saco la basura, y cuando regreso de la playa saco la toalla mojada de la maleta apenas llego, sin duda este es el mejor yo.

jueves, 26 de marzo de 2009

EL AUTO

El miraba por el retrovisor una figura que se acercaba, el vidrio estaba empañado y sucio, llovía ligeramente y todo era difícil de reconocer, pero él sabía que era ella, abrió los seguros del auto para que ella entrase, era un momento confuso, era un momento de nervios.
Ella estaba con ropa ligera, él se esforzaba por ver sus pies, los adoraba, y más cuando reposaban entre las correas que delicadamente abrazaban esta extensión de su belleza. Ella empezó comentando lo que estaba haciendo, sus amigos, su reunión, su ex; él no se inmutó aún cuando era una situación que no le gustaba imaginar, luego ella lo increpó “¿qué vas a hacer con ella?”, él no estaba preparado para esa conversación, de a poco ella fue desbaratando todo argumento posible que le justificara estar con ella, él se esforzó por parecer honesto con ese tema pero era muy fácil, él estaba haciendo mal las cosa y ella estaba en plena conciencia de ello.
De cierta manera lo que le pareció que sería un momento de paz con ella, se volvió un momento para defenderse de ella, todo era menos tenso de lo que suena, de vez en cuando él hacía algún mal chiste que los hacía reír y ella se demoraba un par de segundos en volver a entrar en el tema, ella no reclamaba nada sólo hablaba por el bien de su amigo y él sólo pensaba en el dulce olor que ella emanaba, el suave rose de las rodillas, mientras ella exponía sus razones él sólo podía deslumbrarse, ella no cedía un centímetro, pero él no estaba en batalla sólo quería estar ahí.
De pronto él la miró y soltó una verdad que ella ya sabía “tengo un problema”, hizo una pausa, “me gustas mucho”, ella se quedó un instante como fuera de lugar, miró con asombró, era la primera vez que se lo decía de frente y mirándola a los ojos, esos ojos de ternura infinita, no lo vio venir. Él le explicó que no estaba escuchando a ciencia cierta lo que ella decía, que sólo estaba contemplativo.
El motor del auto se exigía en un compás casi armónico por el acondicionador de aire, ella tenía frío y después calor, él miraba la hora, tenía que regresar y ella parecía que quería irse, él no la quería dejar y ella… no lo se.
Él puso en marcha el vehículo, sólo estaban a dos cuadras de su casa, dio una vuelta innecesaria y le dijo:
- Te voy a dejar
- ¿Por qué?
- Porque ya te quieres ir.
Ella no lo corrigió, sólo se quedó en silencio. Él preguntó:
- ¿Quieres?
- Sí
- ¿Nos vemos más tarde?
- No sé
- ¿Quieres?
- No sé
- Cuando sepas me avisas.
Ella asintió, cerró la puerta y se marcharon cada quien a sus vidas.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Antuan

Antuan era un joven común, no tan común, paseaba por el mundo sin mayor intención, sin mucho sentido.
Vivía un poco asfixiado con las historias de su legendaria familia, grandes castillos, conocidos por todos, un gran linaje.
A veces sentía no pertenecer a su estirpe, pese a tener los rasgos que bien lo definían como parte de ella, piel seca, muy blancos, ojeras, altos, fríos.
Pero este poseía una característica más que los de su estirpe, era digamos, robusto, más bien gordito.

Le gustaba pasear por su mansión, la de su padre en realidad, por las partes más altas, y contemplar el amanecer aún cuando se le había ordenado no hacerlo.
El destello de la mañana provocaba en él una sensación algo extraña, algo que jamás tuvo antes. Se sentaba colgando los pies al vacío y se veía su silueta sobre el morado oscuro del amanecer, el robusto joven saboreaba cada matiz de la alborada, deleitaba sus ojos con las formas más curiosas que las nubes hacían para él.

Era un mundo nuevo, era el mundo, era el color, era la realidad.
En algunas ocasiones lo sorprendieron en su ritual y fue severamente reprendido. Su padre al contrario vivía en la sombra, en el negro, sin colores, sin vida.
Parecía que esa ere el destino de la familia, pero este gordito se preguntaba siempre, ¿por qué he de ser de la sombra si a mi me gusta la luz?

Sus largos y recurrentes escapes a la cornisa le trajeron algunos inesperados regalos.
Laura era una fina y muy hermosa señorita que vivía en la mansión de alado, parecía tener la misma edad de nuestro particular trasnochador, su piel era tersa y suave, de un rosado vivo y líneas de oro en su cabello, era una chica muy dedicada a sus cosas, al colegio, los estudios y el deporte. No gustaba de las típicas alegorías de púber, ni de las engreídas reuniones; era una mujercita sensata.

Antuan jamás pensó siquiera poder hablarle, hasta que un buen día se sintió observado, dejó su aletargo de contemplación y vió a Laura admirando con cierta extrañeza su ceremonia de amanecer; sintió una extraña sensación de orgullo o tal vez de aliento, como si Laura, aunque extrañada, admirara esta cualidad de Antuan de beberse las ondas de la aurora.

Había creado una lejana e intermitente amistad con Laura, su comunicación era visual, ella salía por las mañanas muy temprano al colegio y veía a Antuan sentado en la cornisa con alguna comida chatarra hipnotizado con el cielo y un sonrisa de placer celestial.

Un día, antes de que amanezca, cuando recién estaba sentándose en su lugar habitual, la vio parada frente a la entrada en pijama con el cabello suelto, pantuflas y con su propia bolsa de comida chatarra.

Por un segundo pensó en que era un espejismo, al asegurarse de que era real, se preguntó que hacía ahí, ella sólo lo miraba como esperando y él sin saber que hacer; era evidente que ella se invitó a participar, sólo esperaba que él le dijera que si.

Antuan se levantó de un salto y en un segundo ella lo vio salir por la puerta principal con unas enormes llaves, parecían del siglo pasado, abrió sin ni siquiera saludar. Ella estaba un poco sorprendida, aún no entendía la rapidez con la que su extraño amigo apareció por la puerta. Entraron, ella guiada de la mano por Antuan y él mirando hacia todos lados para no ser descubiertos. La llevó rápidamente a su santuario, ella estaba un poco nerviosa, a fin de cuentas nunca habían hablado. De forma extraña ella confiaba mucho en él.

Se sentaron, colgaron los pies, conversaron, comieron y se descubrieron, ella hablaba más que él, preguntaba de todo y él solo respondía, rara vez hacía un comentario. Vieron la noche volverse día y en ese momento Laura pensó “¡el colegio!”, corrió desesperada hasta su casa dejando el dulce olor de su cabello acariciando el rostro de Antuan.

Al día siguiente Antuan esperó ansioso a que volviese aparecer, pero el amanecer lo sorprendió sin ella, no era raro. Al día siguiente lo mismo, así hasta que un día notó que ya nadie habitaba esa casa.

Aquella visita, esas pocas horas, le habían cambiado la vida, por suerte o desgracia el amanecer ya no sabía igual sin ella, las ondas del amanecer ya no atravesaban sus ojos dejándole paz, ahora sólo le traían su recuerdo, haciendo las mañanas más tristes que la noche y haciéndole la vida más desdichada.

Hasta que un buen día decidió nuca más visitar el techo, decidió ser uno más de su familia, cambió la chatarra por sangre y el amanecer por oscuridad, ya nada le abrigaba el corazón, se rindió a su destino, a su esencia, a lo que era, sin ella sólo quiso ser un vampiro.

lunes, 9 de febrero de 2009

El Cara libro

Creado originalmente para generar vínculos sociales entre los estudiantes de la Universidad de Harvard. Mark Zukerberg logró hacer una red virtual, formando así comunidades de estudiantes; la llamó Facebook, que es el nombre de los panfletos entregados a los estudiantes de los primeros años para generar el mismo efecto.

El asombroso éxito lo llevó pronto a hacerlo público, de tal manera que todo aquel que posea una cuenta de correo electrónico, hoy en día tiene acceso al Facebook.
Tomando en cuenta la idea original de esta “herramienta” (así le llamaremos por ahora), podemos decir que es funcional, ya que el fin para la cual se creó se cumple enteramente.

Sin embargo, el punto más relevante a considerar aquí es el impacto que ha tenido este programa en las sociedades menos desarrolladas, específicamente la nuestra.

Ya que en nuestro medio a pasado de ser una herramienta, a ser una novelería, y de a poco la gente se han ido contagiando. Sin lugar a duda existen personas en nuestra sociedad que le dan el uso para el que fue creado o afines, por ejemplo encontrar un viejo amigo o mantenerse en contacto con personas que pueden no estar cerca.

Sin embargo también nos a convertido en una sociedad menos privada y más morbosa. Hemos ido evolucionando desde querer compartir algún momento con una imagen, a “miren lo que soy y lo que hago” o tal vez peor “miren lo que parece que soy” buscando la mejores fotos con las mejores poses. Tal vez sea parte de la comunicación de los vínculos sociales sin embargo pareciera que nos hace caer en una despersonalización.

Hace poco leí un nick del Messenger que me pareció bastante sensato, decía “campaña no cuente su vida a través del nick del Messenger”. Si bien es cierto todos participamos de la globalización y de usar este tipo de herramientas de comunicación, por lo que no es raro (no por eso esta bien) que empecemos a transmitir nuestros complejos y necesidades, la búsqueda imperiosa de aceptación y de afecto se materializan y quedan registrados en estos famosos programas.

Basta con visitar cualquier perfil del Facebook, puedes saber su nombre, gustos, grupo de amigos, que hizo el fin de semana, hace cuanto tiempo estuvo conectado en el Facebook, a quién aceptó como amigo, mensajes, comentarios, declaraciones de amor, de amistad, de cariño, con quién mantiene una relación, etc. ¿Cuál es el trasfondo de todo esto?, ¿saber de tus amigos o espiar su vida?.

En un entorno amigable y de buen gusto, fácil de usar y estable, navegamos conociendo aspectos de personas que conocemos y de otras que no, y que tal vez no tendríamos que conocer.
–“Juan Pérez ha terminado su relación con Pepita Equis”.

De cierta forma empieza a convertirse en un cyber chismoso que pone en un escaparate público realidades de las cuales tal vez habría que guardar cierto sigilo o respeto.

Tal vez sea una cuestión de cultura, nosotros no hemos sabido administrar o utilizar este recurso de la mejor manera, pasando horas interminables subiendo trescientas fotos de la farra del fin de semana con las mismas personas, haciendo lo mismo, en el mismo lugar, con la misma bebida y diferente ropa.

También es evidente como afecta en ámbito laboral, las personas empiezan a generar esta adicción por estar al tanto de todos sus amigo y de los que no lo son, que descuidan sus tareas más relevantes, incluso sus horas de sueño, es innegable la afección, sino no estuviese prohibido en la mayoría de los trabajos de oficina que requieran un ordenador.

La pregunta clave sería, ¿es necesario tanta información sobre el otro y la otra?, ¿hasta que punto despersonaliza a la gente?, ya no te visito ni te escucho, ahora escribo en tu muro o te incluyo en un grupo o te hago un regalo, todo de manera virtual, dejando de lado la calidez de un abrazo o lo vivencia de una mirada, ahora todos somos androides que viven con este sucedáneo de realidad.

viernes, 23 de enero de 2009

Morbilienses

No es nuevo que la gente pasee de vez en cuando por el morbo, todos participamos de alguna forma y en algún momento de este mal.

Las sociedad, es decir, todos nosotros, hemos caído en una actitud tan relajada con respecto a este vulgar hecho, nos enganchamos a él y luego nos dejamos llevar como cayendo por un tobogán hasta estar de acuerdo con cánones no establecidos pero que se suceden y pasan sin remedio.

Los niños ladrones se convirtió en una noticia importante, no porque en Guayaquil sea noticia que una banda robe casas, sino porque estos hampones eran unos niños de alta sociedad. Claro que llama la atención, pero sólo hasta el morbo ya que todos supimos de ellos, todos opinamos, nos reímos, criticamos, algunos aplaudieron y por ahí alguno habló de la perturbada vida que deben haber tenido para llegar a cometer fechorías innecesariamente.

EL notición llegó a todas partes y se cerró con el hecho de que fueron mandados a prisión. ¿Ahí acabó?

Primero debemos saber que estos niños no son inocentes, ellos abiertamente declararon sus malas acciones, entonces es justo que se les detenga.
La sociedad castiga a los que la afectan.
Lastimosamente la historia sólo llega hasta ahí, pero nadie se ha preguntado que sucedió con estos muchachos.
¿Por qué los medios no siguen el caso?, ¿por qué no publican cómo ese pobre muchacho ha sido maltratado, ultrajado y violentado en todas las formas posibles dentro de la cárcel, al punto de no tener fuerzas ni para levantarse?, ¿por qué eso no es noticia?, ¿por qué eso no es injusto?, ¿por qué no es una fechoría enviar a ese muchacho como carne de cañón?, dónde están personas que tienen más problemas que él y que son definitivamente enfermos

¿No es una fechoría haberlo enviado a ese infierno terrenal que llamamos centro de rehabilitación, donde se gradúan de malhechores y violadores?

Y se supone en lo utópico que esta persona va a cumplir una condena en ese lugar con esa gente y el resultado va a ser que nos devuelvan una persona nueva.

Pero nada de eso es importante para los serios y distinguidos programas de noticia y medios de información, ni para los críticos pseudos sociólogos que leen el periódico y ven las noticias a diario para verter su sabia intelectual sobre temas hodiernos.

Para estos no suceden estas atrocidades ni tampoco existe degeneración, para ellos sólo hubo unos niños ladrones pelucones.

martes, 20 de enero de 2009

El diezmo

Tener no es signo de malvado y no tener tampoco es prueba que acompañe la virtud (Silvio Rodríguez)

Parece que mientras más se tiene más se quiere, un dicho tan común pero tan cierto, siempre digo que los ricos son tacaños porque sino no serían ricos, y los pobres los ven tan lejanos que no le ven sentido a ellos querer ahorrar y los que están en la mitad se rozan con los de arriba sostenidos en puntas en el suelo de los de abajo, ahí la frustración es más notable.

Pero el asunto del diezmo (como le llama al décimo una amiga) en este reino se volvió un gran problema.

Una mini reunión de navidad donde el rey creyó hacer un gesta loable poniendo sobre su mesa de quince mil dólares, unos escuetos platos de embutidos y una champaña corriente. Seguía el show con la exigente y supuesta amable petición de que hablen.

A nadie le interesaba esa paupérrima celebración, sino el décimo. Caras descompuestas y enojos encerradas en buena cara y buen modo, amargura e incluso ira.

- Espero que este año sea de provecho para todos.

Decía el enriquecido empresario mientras ese mismo día la gente trabajaba para que él tuviera como irse de viaje y cenar con su familia langosta en la playa, mientras los otros atendían hijos recién nacidos y familias con hambre, juguetes que no llegaron, celebraciones que no se dieron.

¿Qué hace a un hombre ser exitoso? Acaso su triunfo material o quizá los logros para la sociedad, lo visible, lo digno de lisonjas sin alma.

O una sonrisa sensata de quien ve tu hombro junto al de él. Es increíble cuan absurda es la riqueza, la que es macerada con ambición de bienes y no de bien.

Ahora sé que la virtud de la pobreza no es no tener, sino más bien no tener que necesitar lo innecesario y que la infamia de la riqueza no es tener, sino querer tener lo que no necesitas a costa de la pobreza de los demás.

jueves, 15 de enero de 2009

Déjame

Sí, te dejo…

Ya no quiero más tu compañía, agradezco tanto tu comprensión, agradezco cada toque que le diste a mi angustia. Te agradezco haber asistido las lágrimas más saladas, las oraciones más desesperanzadas y las súplicas más sangrantes.

Te devuelvo tu frío y tus ropas, ya tengo calor, ya hay luz, la tiniebla no me espanta más. ¿Qué hacíamos tanto tiempo juntos? Ya olvidé las largas noches sin hablar, escurrida la bruma de mi corazón entre tus fibras, ya no quiero sentirte compañera, ya me harté.

Lo siento tanto, sé que me has amado intensamente y así te amé yo, pero hoy eres mi enemiga. Quédate con mis días grises, sé que no son tu culpa, que tú me acompañabas, pero tu sola presencia me hacía desdichado.

Perdona mis letras, no es que no haya disfrutado de ti, de tu dolor, de tu amarga compañía, siempre serás para mí una salida. Siempre has estado conmigo, siempre volvía a ti, pero ya no puedo más y con lágrimas te pido que te alejes, que te vayas y no vuelvas.

Yo te dejo, pero déjame tú también. No asomes tu gélida nariz, te lo ruego.

Aprendí mucho de ti y tú de mi sólo tenías tristeza y dolor, sólo eso fui contigo, ahora lo sé.

A pesar de mis ruegos sé que volverás y no estaré esperando, pero volverás, ojalá sea muchas lunas después… hasta entonces soledad.

martes, 6 de enero de 2009

Cuando seas tú

Cuando seas tú, dame una señal.
Cuando pases frente a mi, quítame los ojos.
Camina conmigo, llévame a tu sitio.
Deshaz mis ideas de conquista.

Cuando seas tú, enciende el candil.
Cuando me veas ciego, tómame de la mano.
Dibuja un nuevo cielo con tu voz.
Roba mis pinceles, que escriban en tu espalda.

Cuando seas tú, encuéntrame en los sueños.
No llegues tarde, temo no tener nada para ti.
Remienda este corazón vacío de gastarlo todo.
Siembra un horizonte que me guíe hasta ti.

Cuando seas tú no me temas, sólo ámame.
Cuando me encuentres, dime que eres tú.
Grítame en la cara que no te deje pasar.
Si escuchas estas líneas se tú otra vez y sálvame.

Cuando seas tú, mi sangre correrá de nuevo,
mi corazón romperá mi pecho.
Cuando seas tú, al fin podré ser yo.