viernes, 22 de enero de 2010

ParaLelos


Qué extraños somos los seres humanos, se supone que todos somos iguales, por lo menos tenemos los mismos derechos, o por lo menos es lo que debería ser. Somos todos especiales, como diría Dash, es una forma de decir que nadie lo es.

Qué tan semejantes somos, por cultura o por historia, que se yo. Hay grupos con características similares, sin embargo somos tan diferentes.
A veces me salta el pensamiento de creer que en realidad nadie entiende a nadie, creo que es lo más acertado. Quién podría pensar igual que el otro? Nadie ha vivido lo que tu viviste, a nadie le ha sucedido lo mismo, aunque así hubiese sido, que alguien haya vivido lo mismo que tú en algún momento, la suma de los eventos que te han pasado o te pasan, ya le dan un matiz diferente a lo que podrían haber vivido dos personas.

Existirá un ser humano paralelo a ti? Será este tu gemelo emocional o tu pareja, será quien debería estar contigo o a tu lado?

Quizá el mundo paralelo es alguien que pueda entenderte como nadie.


“Lelo” es un niño que suele ir a pescar a un pequeño estanque no muy lejos de su casa, suele regresar con 1 o 2 peces porque solo son él y su madre.
“Para” es una niña que también suele ir a pescar al estanque. Se miran y casi nunca hablan, usan la misma carnada y fallan las mismas veces, las pocas que aciertan sonríen y de regreso recogen leños para el fogón. Sus caminos están separados, pero van en el mismo sentido.

A veces, cuando se hablan no se miran y cuando se miran no hablan. De vez en cuando se rozan las manos mientras recogen los maderos, alguna vez Lelo le pasó la cubeta de los peces a ella. Una vez que el sol volvió la tarde naranja, los pequeños ojos de Para estaban iluminados, ese día, se miraron fijamente y se fueron caminando con el sol a sus espaldas, con el corazón tranquilo, porque aunque el sol se marchaba y era momento de regresar, sabían que se verían al día siguiente por los caminos Paralelos.