lunes, 9 de abril de 2012

Creer

Pensé que este relato debía ser triste y compadecido, fui cayendo en esa pena lastimera sin darme cuenta.

Escribí tres párrafos diferentes tratando de decir cosas lindas, buenas o reconfortantes, como si de cierta manera ustedes lo necesitaran, luego me fui dando cuenta (al no encontrar las palabras precisas) que ustedes tienen tantas cosas claras, un camino difícil de recorrer, pero se tienen el uno al otro, se tiene para recordar que todos tenemos una misión, todos tenemos un sentido y sobretodo, el hecho de que estemos vivos, es porque así debió ser.

Creo que jamás sabremos por que suceden ciertas cosas, pero lo que si sabemos es que todo lo que nos toca es porque podemos con ello y más aún, que aquello que nos pasa es un camino a ser feliz. La mayoría de las veces en verdad no creo esto, pero a veces se me escabullen por los ojos y los oídos ciertas verdades que vuelven a activar esas partes de mi alma que ya no creen en los milagros.

Ese amor inquebrantable que los une me obliga a creer que es cierto de que “la medida del amor, es sin medida”

Hace tantas veces me rendí ante nimiedades, hoy quiero tener un pedacito de esa entereza que los hace invencibles.

Para Claudia y Tomás