martes, 21 de diciembre de 2010

El Dragón


El hombre del espacio salió hacia el inmenso mar negro, lento, sereno, volaba sobre el azul finito de su planeta atado a puerto con su cordón umbilical, con elegancia de blanco.

Llegó a ayudar al dragón, llegó a sanar su mirada y a liberarlo

Al principio con torpes piruetas hasta que logró detenerse, enjugó sus ojos y con una inusual herramienta cortó las cadenas que retenían al gran dragón.

Por fin el dragón extendió las alas y en poco tiempo se marchó. Su partida lanzó al hombre del espacio al vacío por un momento hasta que sintió un fuerte tirón, estaba a salvo.

Regresó a la inmensidad del azul como un gran héroe, mientras el dragón volaba en círculos en y su mirada recogía la hermosura del universo, y nos la regaló.

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