lunes, 1 de marzo de 2010

Solitario


Con quien se queda, a quien le cuenta el pesar de una vida que nadie aprueba, que nadie quiere, o que nadie espera. En quién acuna el dolor, en quien se sostiene el solitario?

Despreciado por su vida y su vivir, aunque esté lleno de virtudes no es querido por quien es sino por quien podría ser, tal vez sería mejor para él no tener nada y así la compasión seria meritoria. Pero tiene, y aun antes que Dios lo haga el mundo ya le pide cuentas por ello.

A quien irá el solitario, donde estará su casa, donde estará su descanso.

En miles de intentos lo han amado y amándolo no lo han querido, no podrían aprobar sus mal sanas costumbres, su forma de ver la vida lastima a los cercanos, incomoda, resiente, desconcierta, hiere, causa pena en lo mas hondo y siempre terminan yéndose y salvando la propia vida.

Y todas esas almas inmaculadas de culpa y mas bien inmoladas por querer amarle, huyen despavoridas en busca de Consuelo y bienestar.

Generalmente sanan sus corazones que por poco mueren en manos del solitario.
Una vez sanos miran hacia donde esta solitario y les causa a veces pena a veces llanto, pero al final para casi todos es olvido y así sus vidas mejoran.

A quien irá el solitario, si el terrible dolor de estar a su lado es la tristeza, a quien irá si no tiene a nadie y aunque él no quisiera, le toca vivir con sigo mismo.



"Que solo está Sinuhé". Silvio Rodriguez D.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me cansé de tener pena después de afecto, de conmoverme con tus sufrimientos, de desearte el bien más que el que podría desear tu propia voluntad y tu 'inmaculado' proceder. De pensar y repensar en recetas que curen tu alma, tu espíritu y lo que queda de tu nobleza. De valorar las migajitas jactanciosas que tuve en algún momento olvidado y sentir pesar por tu infortunio. De procurarme impecable y solidaria con tus defectos bochornosos, de estar ahí de pie junto a la catástrofe que es tu vida.
Me harté de estar lejos y que me hagas saber tus desastres, como que si alguien me supiera responsable o capaz de resorvértelos; y cómo que si mi única aspiración fuera la de tener un espacio reducido en tu memoria dividida.
Me cansé de enterarme de los detalles que son siempre los mismos, de que se me culpe de ser un humano feliz, que sea infractora al enamorarme, que mis pecados hayan ocurrido al vivir mi vida y dejarte con la tuya.
Pero más cansada estoy de percibir esa soberbia asquerosa, reclamando un espacio especial en un lugar que no te pertenece y que el pasado se encargó de despojarte.
Gozar de la felicidad no me hace común ni silvestre, no me vuelve vulgar. Porque no he huido, no he abandonado, he elegido y me he marchado inocente. Pero padecer un mal escogido a punta de satisfacción no te vuelve virtuoso, te vuelve uno más entre un montón de 'incomprendidos'. Te vuelve un adolescente y la solución no la tengo yo, no. La tiene crecer...

Anónimo dijo...

naciste cobarde y así morirás...

Anónimo dijo...

... se compadece el solitario ... que quiere serlo pero argumenta que le toca ...